La primera vez que vi está
estantería, o más bien podríamos
llamarla repisa, fue en casa de mi amiga
Rosie. No recuerdo el motivo de la visita. Una de las
muchas razones por los que puedo ir a visitarla, es porque es muy acogedora y siempre me hace sentir en casa, además de que me encanta como cocina, esos platos italianos y esos postres acompañados de un buen café son irresistibles.
Cuando
ya me despedía, me enseñó lo que para ella era un pequeño tesoro: una repisa de
madera maciza cubierta de polvo y grietecillas en el barniz. Y me dijo: ¿Qué te
parece? Es de mi suegra, estaba en un almacén de trastos viejos y dice que la iba a tirar, pero a mí me ha gustado, ¿se puede arreglar?
Yo con mi ojo crítico, la miré e inmediatamente le dije que sí, ¡y te va a quedar estupenda!, ¡es muy buena
madera y no tiene mucho trabajo!
Ella prudentemente me contestó:
¿y cómo lo arreglo? Ni que decir tiene
que eso no se me puede preguntar,en seguida le contesté: déjamela que ya te la
arreglo yo.
La pieza no tuvo mucho trabajo, pero más del que creía en un principio. Pensaba quitar el barniz, dar
un tinte y volver a barnizar. Pero al quitar el barniz apareció la madera
manchada y volver a barnizar encima no entraba en mi cabeza.
Había que llevar a cabo una limpieza a fondo y lo que me preocupaba eran los bordes laterales, porque son más rugosos, absorben más el tinte y la suciedad, y dejarlos en el mismo tono cuesta más.
Materiales:
- Cuchillo para
raspar, uno que no sea de sierra.
- Quitapintura líquido.
- Lana de acero gruesa.
- Lana de acero fina.
- Tinte al agua color
nogal.
- Goma laca.
- Cera con color.
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Este es el resultado |
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Antes de arreglar |
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los bordes laterales, se aprecia que están más oscuros que el resto de la pieza |
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Primero quito el barniz antiguo rascando con el cuchillo. Como se ve un cuchillo plano de mesa normal
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Aquí se ve como se va avanzando |
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Lo siguiente es el quita pinturas y la lana de acero gruesa |
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Hay que limpiar a fondo, sino las manchas al final se ven y queda feo
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Aquí se aprecia la diferencia |
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¡Por fin limpia¡ |
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Ha llevado más tiempo del que pensaba, pero ha valido la pena |
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Mis gatitos aprovecharon la noche para dejar sus huellas |
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Huellas gatunas |
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La tiño en color nogal rebajado con agua |
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¡Qué cambio! |
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Una vez seco el tinte hay que darle varias manos de goma laca |
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Se ve como la goma laca da brillo y nutre la madera |
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Ya está casi
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Por último la cera de color con brocha y se deja varias horas que la absorba |
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Se retira el exceso de cera y se saca brillo con un trapo de algodón |
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Se aprecian los detalles |
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¡Como nueva¡ |
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De vuelta a su dueña |
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Así de bonita ha quedado ya colgada
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Lo que he aprendido:
Que la madera que es de
buena calidad, siempre va a quedar bien, no importa lo estropeada que se vea
por fuera. La materia prima que es buena, siempre merece la pena trabajar en
ella.
Que lo que para unos es una
basura, para otros es un “tesoro” y hay que aprender a ver por dentro y no el
aspecto que pueda tener por fuera. Estas
cosas también las deberíamos aplicar a las personas, no fijarnos en su aspecto
exterior sino mirar a dentro y ver lo valiosas que son.
Y por último que el trabajo generalmente
cuesta un poquito más de lo que esperas
y que no vale ponerse nerviosa y querer avanzar deprisa cuando no es posible, sobre todo con restauración.
Estoy contenta con el
resultado, se ve precioso y mi amiga está encantada.
Espero que os haya gustado y
si hay preguntas o comentarios gustosamente os respondo.